Zaragoza, 1964
Dibujante eminente y autodidacta. En 1984 publicó su primer trabajo y dos años más tarde obtuvo el Premio Nacional de Ilustración por La oveja negra y otras fábulas, de Augusto Monterroso. A este le seguiría una pléyade de obras con textos de autoría propia, como El verdadero inventor del buque submarino, Premio Liber al libro mejor editado y Medalla de Plata en la exposición «Los libros más bellos del mundo» de Leipzig en 1990; Leopold, la conquista del aire, segundo Premio Nacional de Ilustración en 1992 y El viaje de Colonus, un friso de nueve metros plegado en fuelle, donde recreó el viaje del almirante a las Indias. Luego, Meléndez optó por el silencio, renunció a su oficio, eligió vivir en un monasterio y fundar la agrupación socioeducativa ’ãl-May’ãrî-Valmadrid, que promueve el trabajo artístico entre niños y adolescentes, al margen de los cánones académicos. Su trabajo para Los diarios de Adán y Eva supone un excepcional regreso al ejercicio de su magia. Por todo instrumento se sirvió de un lápiz, en la paz del camposanto que por la noche vigila.
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